06/04/2008

Ayer te amaré, mañana también te amé... o algo así.

Ayer a la Tertulia Literaria vino el autor del libro "Antes de amar te amaré". Fue una conferencia coloquio donde después hubo alguna intervención, de las participantes, que fueron bastantes más de las usuales.

Algunas de las ideas más interesantes que dijo las apunto a continuación.

No hay que intentar llegar a todas las personas ni a todas las familias, sino a cada persona, a cada familia.

Para ser feliz no hay que hacer lo que se quiere, sino lo que cada uno es, porque se quiere. Si libremente nos comportamos como un animal, no seremos felices, porque no somos animales. Sólo buscando la perfección como persona se encuentra la felicidad.

En el amor hay que implicar todo lo que somos: sensualidad, afectividad, sentimiento y voluntad. El título "relación sentimental" no quiere decir lo que aparenta, porque en una relación amorosa hay más que sentimiento. De ahí el fracaso continuo de estas relaciones.
La distancia física amortigua el sentimiento, por eso para mantener el amor hay que estar cerca, tratarse, rozarse.

La voluntad es el motor del sentimiento. Como en un coche, cuando es cuesta abajo las ruedas van solas (sentimiento), cuando hay que vencer la inercia para que el coche ande se necesita el motor (voluntad)

Cunando la voluntad quiere lo que le presenta el enamoramiento, es cuando puede nacer el amor. Antes no.

No detenerse a amar para siempre incapacita para amar.

Lo constitutivo en el amor es la entrega, y la intimidad sólo se puede entregar una vez. La segunda ya no es intimidad, es público, porque ya es de dos.

El matrimonio es el punto de partida del amor, no el punto de llegada. Cuando se hace al revés, tomando el matrimonio como el punto de llegada, no se mantiene el amor. Hay que renovarse siempre.

Bien, esto es un resumen, con comentarios míos añadidos. No distingo muy bien qué es qué.