2/10/2017

"Patria"


Patria
Fernando Aramburu
Tusquets 2016

La novela muestra el recorrido de dos familias en su origen amigas, de un pueblo vasco, una con un hijo terrorista y la otra víctima de ETA. Es como un colage en el que el autor nos muestra, yendo hacia adelante y hacia atrás en el tiempo el recorrido de cada uno. He leído este libro con ganas, y me ha decepcionado un poco, la verdad. Primero, magistralmente escrito. Describe con mucho acierto el problema las consecuencias de ETA en la sociedad vasca, pone el dedo en la llaga. Pero entonces, ¿por qué los personajes tienen tan poco fuste? ¡qué pena! Me pasé la lectura comentando para mí misma, ¡qué imbécil!, sobre las actuaciones de los protagonistas. La primera mitad del libro me gustó mucho. Pero en la segunda, alarga la novela innecesariamente, para mi gusto, mostrando los recorridos sentimentales y sexuales (me molesta la insistencia) de los personajes, su insatisfacción vital. Se salvan Bitori y Arantxa. Le pongo solamente un 7.

El día en que ETA anuncia el abandono de las armas, Bittori se dirige al cementerio para contarle a la tumba de su marido el Txato, asesinado por los terroristas, que ha decidido volver a la casa donde vivieron. ¿Podrá convivir con quienes la acosaron antes y después del atentado que trastocó su vida y la de su familia? ¿Podrá saber quién fue el encapuchado que un día lluvioso mató a su marido, cuando volvía de su empresa de transportes? Por más que llegue a escondidas, la presencia de Bittori alterará la falsa tranquilidad del pueblo, sobre todo de su vecina Miren, amiga íntima en otro tiempo, y madre de Joxe Mari, un terrorista encarcelado y sospechoso de los peores temores de Bittori. ¿Qué pasó entre esas dos mujeres? ¿Qué ha envenenado la vida de sus hijos y sus maridos tan unidos en el pasado? Con sus desgarros disimulados y sus convicciones inquebrantables, con sus heridas y sus valentías, la historia incandescente de sus vidas antes y después del cráter que fue la muerte del Txato, nos habla de la imposibilidad de olvidar y de la necesidad de perdón en una comunidad rota por el fanatismo político.